miércoles, 18 de mayo de 2011

Un desierto que se llena de carbón para “iluminar” negocios extranjeros.

La energía producida por termoeléctricas como la de Tocopilla (y de la cual incluso alcanza para vender), termina siendo consumida mayoritariamente por empresas como Minera Escondida y Soquimich.










Mientras los ciudadanos sufren los efectos de su generación

Más de 2.000 megawatts de los 4.000 megawatts que produce el Sistema Interconectado del Norte Grande (en su mayoría mediante termoeléctricas) no es consumido siquiera por las grandes mineras, por lo que el gobierno realiza gestiones para su venta.
En el más completo silencio ha permanecido en  los medios oficialistas de Chile, la información de que mientras en nuestro país, el Gobierno apunta a la necesidad de un aumento en la producción de energía con el fin de evitar un “apagón” energético y con ello justificar la instalación de termoeléctricas e hidroeléctricas, en el exterior sostiene una versión muy diferente, planeando incluso exportar los excedentes de la producción de electricidad, que sólo en el norte, alcanzan los 2.000 megawatts.
En efecto, avanzados se encuentran los planes del Gobierno de Chile para exportar electricidad a la Argentina a través de la Región de Antofagasta, mediante un tendido eléctrico que pasará por la central Salta, perteneciente a la filial TermoAndes, de la empresa Gener, que a su vez pertenece en el papel a Inversiones Cachagua Ltda., sociedad que indirectamente pertenece a la norteamericana The AES Corp.
De acuerdo a lo que han señalado medios de comunicación argentinos, esta venta se realizará con el fin de aliviar la crítica situación energética que suele vivir Argentina, específicamente durante las temporadas de verano.
Las negociaciones, enmarcadas en el convenio energético suscripto entre la Argentina y Chile durante la última reunión binacional de ministros, celebrada en Santiago en enero pasado, dan cuenta de un vuelco en la relación bilateral, luego de la compleja situación vivida durante los últimos inviernos de la década pasada, cuando Chile acusó a la Argentina de incumplir los tratados de suministro gasífero.
Esta  información ya fue confirmada por el propio embajador chileno en la Argentina, Adolfo Zaldívar, el mismo que ha llevado los diálogos en materia energética con la administración de Cristina Kirchner.
Ha habido conversaciones y han sido al más alto nivel. Se ha hablado de interconexión y de que, en los períodos en que en la Argentina exista un peak  y Chile tenga excedentes, los pueda traspasar“, explicó el embajador Zaldívar al diario argentino “La Nación”.
No obstante, estas declaraciones no han tenido repercusión en Chile y la mayor parte de los minoritarios defensores del proyecto de que pretende construir represas en la patagonia chilena insiste en apoyar la tesis de la empresa de que Chile necesita energía y que el proyecto sería vital para el desarrollo del país.

Un desierto que se llena de carbón para “iluminar” negocios extranjeros

Además de que no se consume toda la energía producida, la que efectivamente termina siendo utilizada, es consumida por empresas mineras, de las cuales un alto porcentaje corresponde a las que con controladas por trasnacionales extranjeras tales como Bhp Billiton (Mineta Escondida) o por privados chilenos, como el grupo Luksic (Antofagasta PLC).
No obstante, pese a que la población consume una pequeña parte de esta energía, los ciudadanos son los que deben soportar los efectos colaterales de su generación, tal como acontece en los emblemáticos casos de las termoeléctricas de Tocopilla y Mejillones, así como también con la energía geotérmica, cuya investigación causó un daño irreparable a los Géysers del Tatio.
Fuente: El diario de Antofagasta.
PRENSA GRÁFICA CALLEJERA M.I


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