miércoles, 29 de mayo de 2013

Los encapuchados

Los “encapuchados”, muchas veces criticados por esta sociedad conservadora y pacifista en Chile y no solo en Chile, sino que alrededor del mundo.
Protegen su rostro para no llegar a ser identificados, ¿por qué? la respuesta la tenemos en este frágil sistema de "Justicia", donde violadores y asesinos completan penas vagas. Donde los ladrones de cuello y corbata le dan penas reisorias (caso la polar, santander, banco del estado, etc). Donde a militares torturadores les imponen años de cárcel en "hoteles de cinco estrellas", y sin ser castigados como asesinos de lesa humanidad. 
Contrario a esto, las penas del infierno se levanta en contra aquellos que cubren su rostro, levantan una piedra, dañan vehículos policiales, dañan las iluminarias de las calles o simplemente dañan una entidad bancaria (transnacional).
 
¿Para qué? o ¿por qué? para dar a conocer su malestar ante la sociedad. Muchos de ellxs han sido desplazados y segregados por este sistema deforme, clasista, sexista, machista y arrebatador, un sistema neoliberal que que dejó el dictador y que ni la concertación, ni la derecha ha querido extermnar. 
La gran mayoría de estos jóvenes se encuentran en los barrios pobres de Santiago y se encuentran en la educación secundaria y superior, muchos de ellos en escuelas técnicas, algunos vienen de comunidades con una larga tradición de protesta que se remonta a la dictadura de Pinochet. 
Pero hay un segundo grupo, más pequeño, de un origen un poco más acomodado, que son conversos más recientes a esta lucha encapuchada. Son los anarquistas involucrados en “una lucha frontal contra el sistema”.
Contra ellxs no hay nada más que el esgrimir con la vara de la "injusticia", así lo hemos visto a tanto compa formalizado y procesado, por estar contra el sistema. Se me vienen a la cabeza tantos nombres, que en este minuto nombrarlos sería funarlos. 
Pero este sistema esta hecho para juzgar por luchar, no por ser o no un buen, o un correcto ciudadano.
Quiéralo o no, esos jóvenes que ocultan su rostro han aumentado en proporción y en genero en cada manifestación, lo hemos visto desde que explotó las manifestaciones sociales con el tema ambientalista "Hidroaysén", donde miles de ciudadanos Chilenos se volcaron en las calles para decir no a la hidroeléctrica y los capuchas como todxs lxs conocen, no fueron la excepción para dar presencia en aquellas manifestaciones, cuyos números no eran mayor a los 500 en la capital y menores cantidades en las ciudades de Chile. 

Lo dice Alberto Mayol, sociólogo de la Universidad de Chile: “El anarquismo ha crecido mucho en una gran cantidad de universidades chilenas, incluyendo ésta”. Mayol ve una línea directa de descendencia de los manifestantes contra Pinochet de los 80 a los activistas estudiantiles de hoy. “Lo que estamos viendo ahora es el fin del fin de la era post-dictadura”, señala.

Hoy los vemos en mayor proporción y genero, convirtiéndose en una característica más de las protestas, tanto es así que terminan siendo el actor principal de cada manifestación, donde camarografos, fotógrafos y ciudadanos se dan el festín de mirar alrededor la escena de violencia. Donde el cóctel final se lo dan los canales de televisión abierta, con la cobertura mediática de las protestas donde tiende a centrarse en los enfrentamientos.
Capuchas lo hemos sido todos en algún momento, para expresar nuestros reclamos, dentro de las luchas más significativas que hemos tenido en estos últimos tiempos son: Aysén los pobladores se encapucharon para darle la pelea al gobierno, para que no hubiesen alzas en los temas de bencinas, etc. Freirina, los pobladores tomaban sus pañuelos y luchaban para que les sacarán la planta de cerdos de su ciudad.
Las sociedad conservadora e individualista de este país, en algunas encuestas de opinión muestran consistentemente que muchos chilenos apoyan las demandas de reformar la educación, pero deploran la violencia y el vandalismo que acompañan a las marchas. Pero, esas personas que tanto hablan de vandalismo y violencia ha visto en un espejo el vandalismo y la violencia con que el estado opera contra ellxs, teniéndoles sistemas de transporte de animales, salud pública no digna, y ¿la educación?, ya todxs sabemos como va eso.

Los sociólogos dicen que muchos de ellos son jóvenes molestos y marginados por el modelo económico capitalista de Chile, que ha traído prosperidad pero que también ha dejado a algunos de sus ciudadanos vulnerables a los vaivenes del libre mercado.

Los capuchas, seguirán estando quiéralo usted o no en nuestra sociedad, mientras este sistema no cambie sus políticas des integradoras para la sociedad.

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