sábado, 25 de mayo de 2013

Procesan por delito de lesa a humanidad a asesinos del periodista Augusto Carmona.

En la puerta de su casa y por la espalda fue asesinado Augusto Carmona el 7 de diciembre de 1977. Para ese entonces el periodista de la Universidad de Chile y miembro del MIR se encontraba viviendo en la clandestinidad junto a su mujer e hija. Para el momento de su asesinato la familia estaba en casas separadas y Augusto habitaba una casa de seguridad ubicada en Barcelona 2524 en San Miguel.
Inmediatamente después del asesinato la prensa de la época cubrió el hecho como un “enfrentamiento armado” y durante años se creyó que así habían sucedido los hechos. Incluso Lucía Sepúlveda, madre de su segunda hija, llegó a creer por mucho tiempo que Augusto había muerto enfrentándose a los agentes de la CNI: “nosotros teníamos la decisión de defendernos, no de entregarnos. Entonces yo pensé que él efectivamente había usado su pistola, y era como una especie de consuelo, por lo menos pudo hacer algo. Entonces el saber la verdad fue un sock, porque era horrible”, contó Lucía.

Sin embargo en 1991 y gracias al informe Rettig se supo que Carmona fue asesinado por la espalda mientras sostenía las llaves de su casa para abrir la puerta. El crimen contra el periodista generó un proceso de rutina en la fiscalía militar que en 1993 sobreseyó la causa aplicando la ley de amnistía dictada por la dictadura. Sobre eso, la hija menor de Augusto, Eva Carmona, recuerda que en realidad eso no le causó gran sorpresa: “yo crecí en dictadura, crecí bajo la impunidad, donde la muerte era lo común, donde los asesinos están sueltos, donde no se le puede decir tirano al tirano. Entonces tu mente, no es que esté de acuerdo con la impunidad, pero no te asombra porque sabes que es así. Te indigna pero no te asombra”. Sin embargo en 2003 la famlia de Carmona presenta una querella contra “Augusto Pinochet y quienes resultaran responsables”.
La investigación fue liderada por el ministro de fuero Alejandro Solís, recientemente jubilado y ahora la causa es proseguida por el ministro Leopoldo Llanos de la Corte de Apelaciones de Santiago quien encargó reos como autores del delito de lesa humanidad al ex general del ejército y director de la CNI Oldanier Mena Salinas, junto a los ex brigadieres del ejército Miguel Krassnoff y Manuel Provis; al ex mayor del ejército Enrique Sandoval Arancibia y al ex coronel del ejército Luis Torres Méndez.
También están encausados como autores el ex suboficial del ejército José Fuentes Torres, la empleada civil de la Armada Teresa Osorio Navarro, y el suboficial del ejército Busclay Zapata. Además se señaló que otros agentes involucrados en el caso ya fallecieron y que algunos de los procesados están en prisión por crímenes similares aunque varios disfrutan de beneficios carcelarios como salidas de fin de semana. Para Eva “lo sorpresivo es esto, que haya procesamientos. Y espero seguir sorprendiendome, que haya sentencias, que no sean sentencias ridículas como han habido en algunos casos”.
Además, Lucía Sepúlveda, madre de Eva y periodista también, se refirió al rol que cumplieron sus colegas durante la dictadura. Ella y Augusto, como militantes del MIR y aunque podían, nunca se plantearon salir al exilio: “¿y todos los que no tenían la posibilidad de salir?”, se preguntaba Lucía. Ambos quemaron sus pasaportes e incluso una foto en la que aparecían con Fidel Castro. En la clandestinidad, Augusto se dedicó a contactar a familiares de detenidos y enviar información a México. También, durante la VI asamblea de la OEA en Chile en 1976, Carmona se encarga de hacerle llegar información sobre las violaciones de derechos humanos a miembros de las delegaciones y periodistas extranjeros.
En ese sentido, Lucía apuntó al rol de sus colegas, específicamente del periodista Pablo Honorato señalando que “hubo complicidad de colegas”, especialmente en cuanto a los encubrimientos de los “operativos de exterminio”, como señaló Lucía, quien agregó que “Pablo Honorato declaró en el juicio que él conocía a Augusto y sabía que era periodista, pero el 8 de diciembre, cuando cubrió la noticia en Canal 13, lo llamó terrorista”. Frente a esto Sepúlveda también agregó que “la gente tuvo que tomar sus definiciones y hay gente que claramente optó por estar del lado de los que asesinaban, de los que torturaban, de los criminales. Y yo esa opción no la puedo respetar. Tú como periodista tienes que estar con la verdad, tienes que estar con los que son más débiles también, más lejos del poder”.
Odlanier Mena Salinas fue condenado en 2008 a 6 años por los secuestros de Óscar Ripoll Codoceo, Manuel Donoso y Julio Valenzuela (Caso Caravana de la Muerte, episodio Arica, 1973) y obtuvo salida de fin de semana de viernes a domingo.  
Miguel Krassnoff cumple condenas efectivas de cárcel por 103 años, sin beneficios hasta ahora. Al igual que Mena, permanece en el penal Cordillera, denominado “siete estrellas” por las comodidades de que disponen. Encabezó la represión al MIR, utilizando tortura, desaparición forzada y técnicas de guerra sicológica.  
Enrique Sandoval Arancibia fue condenado a 10 años y 1 día como autor de la muerte de Luis Pantaleón Pincheira Llanos, Jaime Alfonso Cuevas Cuevas, Luis Nelson Araneda Loayza, todos ellos militantes del MIR, y Juan Ramón Soto Cerda, socialista en Las Vizcachas (1981), y hasta entonces cumplía en libertad la pena de 5 años por el crimen del niño Carlos Fariña Oyarce, de 13 años.  
Manuel Provis Carrasco fue condenado a 5 años y un día por los delitos de asociación ilícita, secuestro y posterior homicidio en Uruguay (1995) del químico Eugenio Berríos, ex agente de la dictadura de Augusto Pinochet. También tiene dos condenas a firme que suman 8 años por el asesinato del mayor Gerardo Huber (1992), sin embargo, hasta el mes pasado permanecía en libertad. Fue jefe del disuelto Batallón de Inteligencia del Ejército.
 
José Fuentes Torres, “El cara de santo” o “Marco Cruzat” cumplía en libertad condena a tres años como autor del secuestro de Mireya Pérez Vargas, y está procesado por su participación en la Operación Colombo (caso de Los 119 desaparecidos). 

Luis René Torres Méndez alias “Negro Mario”, estaba en libertad condicional, procesado por su participación en secuestros en la Operación Colombo, Operación Cóndor y las detenciones de calle Conferencia.
 
Teresa Osorio Navarro, “Chica Tere”, está procesada por Operación Colombo y por calle Conferencia. Libre al momento del procesamiento. 

Basclay Zapata Reyes, “El Troglo”, cumple condena en Punta Peuco por once secuestros y el homicidio de Lumi Videla. Procesado por Operación Colombo.
Fuente: The Clinic

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